martes, 3 de septiembre de 2013

PERRINA CHUNGUILINDA




Yo es que no puedo con las tonterías. Y en la mayor parte de las ciudades de la España Cañí son muy pero que muy tontos del cilantro. Como en Santander, que tiene un Pavisoso que se apellida Smart pero que tiene de Smart lo mismo que yo de ameba con peluca, nasti de plasti, tíos.

Aunque mucha gente megamaja de Santander como la rubia rara de los perrines de aguas y la poetisa de los galguines y la del perro chiflado que me súper ladra en Pombo y la de mi amiga Dama y hasta el Gafapasta han intentado que la Smartcity entre en razón y cuide un poco a sus animales más inteligentes, obviamente los perros, pues nada. Mamiglenda y yo estuvimos en un paseo manifestativo o en una manifestación paseante o algo así, que no lo entendí bien y no me acuerdo, para pedir que los perrines pudiéramos disfrutar de los espacios públicos controlados pero sin correa o en algunos lugares especiales, vallados separados en los parques, por ejemplo, o un sector de la playa, o si no corretear durante las horas del día en las que en realidad estamos casi solucos en los parques. De las ocho de la tarde a las diez de la mañana o así. Pero nada, porque Pavisoso Smart y su Esbirro de Salud decían que sólo faltaba que una ciudad tuviera que gastar espacios y dineros en perrines.

Sí se gastan dineros y espacios públicos en bicicletas, que son mucho más tontas que los perrines, y en columpios, que son cosas de colores que ni ladran ni nada, los muy inexpresivos. Y en cosas enormes y feas que no se sabe qué son, como eso que llaman el Centro Calcetín, o Zapatín o Botín o algo que se pone para tapar la pezuña. Pero en perrines no, porque yo creo que nos tienen miedo porque somos mucho más listos.

Así que como además de perrina linda soy chunga y delincuenta por puro poligonerismo vocacional he decidido ser la Rosa Guauparks de los derechos caninos y no cumplir cosas tan tontas como la de no poder correr alegremente por un parque vacío y vallado a las dos de la mañana. Y si me multan que me multen, que ya pagará el Gafapasta jijijijijijiji. 

¡Me he transformado de perrina linda en perrina chunghuiliinda! ¡Muaaahahahahahahaha: tiembla, Pavisoso!

Además es que me súper encanta correr como la loca del chirimiri que soy de un lado a otro, olisquear murciélagos y pises y hacer rabiar a Tío Harley. El Tito, que es rebelde y fumeta porque el mundo le ha hecho así, dice que me apoya en todo, y también se ha soltado y corretea por los parques y discute con el Gafapasta porque se quiere comer las basuras y el Gafapasta se pone de los nervios. Pero se cansa antes que yo. 

Yo me canso también, pero más tarde. Y siempre elijo para descansar un sitio con hierba fresquita donde no se note que me paso las normas smart-chorras por ese mismo sitio que estáis pensando y que Mamiglenda, fina que era ella, llamaba el potorrito. Como el de la foto. Hombre Ya.