jueves, 29 de mayo de 2014

EL DE EN MEDIO DE LOS PECOS


Parece que la gata tonta vuelve a ser capaz de vivir sin una mesa camilla como caparazón y que la gata mala ha decidido salir de la cocina, visto que Gelo no ofrece mayor peligro y que la comida sigue bajo racionamiento estricto del Gafapasta y sigue habiendo para todos. El nuevo ha entendido que como se acerque a mis chuches le muerdo el alma y además hemos hecho pandilla y nos caemos bien aunque él sea lánguido y yo tirando a choni. En fin, que por el bien de la escasa salud mental del Gafapasta, vuelve la normalidad. A ratos.

Gelo ha resultado ser el de en medio de Los Pecos. Una especie de versión orejuda, manchada, canina y cursi de Javi el Rubio. Es para ver lo pesado pesadísimo que se pone con los mimos, la cantidad de baba que es capaz de secretar por esa bocaza para ponernos a todos perdidos de amor y lo quejica y llorica que ha resultado. El pobre primo Gelo es que viene también de una casa de hijosdeesas donde seguramente le maltrataban, como a Harley, y cada vez que el Gafapasta le pisa o le roza o le tropieza lloriquea diciendo guauauauauauuauauauayayayayayayay o algo parecido. Que traducido viene a ser, perro bueno, perro bueno, no me lastimes noooooooo al sonido de guitarra guitarra contigo las penas se van. Un cursi. Y el Gafapasta un patoso, que tampoco veo yo necesidad de pisar al nuevo cada vez que da un paso. Tío Harley, el pobre, era lloreras al principio pero luego no, así que espero que Gelo deje de aullar lastimeramente a la luna un día sí y otro también y empiece a cantar por poligoneras o se aprenda algo de Camela.

La verdad es que majete y guapetón el primo es, sobre todo me gusta muchísimo el color de sus manchas pelunas. Ya sí, iguales que las mías, pues por eso, so listos, que las mías me encantan. Pero cosas raras tiene. Por ejemplo, se porta bien cuando el Gafapasta está en casa y es más pelota y zalamero que nadie. Pero cuando el Gafapasta se va a trabajar, entonces se come las tapas de los libros que le gustan al Gafapasta, esconde las zapatillas del Gafapasta, y destroza discos de Monteverdi, que es uno de los compositores que le gustan al Gafapasta. Así que tenemos ahora en casa gatas relajadas, cantante melódico rumiante, perrina linda más linda que nunca y Gafapasta al borde de un ataque de nervios.

Pero algo de razón tiene, porque Gelo es raro. Anoche, sin ir más lejos, encontró un tesoro y se lo llevó feliz a casa, feliz y más bonito que un san Luis. Claro que el tesoro era una zapatilla vieja que recogió de la basura. Tirando a fea, la zapatilla, y desparejada. Pero oye, él tan ricamente por la zona pija de Santander con la zapatilla en la boca como Gollum con su regaaaalo de cumpleaaaaaños. En casa anda la zapatilla alpargatera esa, que cualquiera le dice a ver, Gelo, deja esa mierda donde la has cogido y le quita la ilusión. Eso sí, después de llevar su tesoro a casa, lo dejó tirado y se dedicó a robarme los juguetes y a soltar baba por doquier.

#Cosasquemolan : Que ahora sea Gelo el que las líe, porque así el Gafapasta se enfada con él, aunque nunca me queda claro a quién de los dos riñe cuando se pone gritón e insoportable.

#Cosasquenomolan : Que lo llene todo Gelo de melodías cursis, de babas pegajosas y de zapatillas asquerosas que no valen para nada.

martes, 20 de mayo de 2014

SIN NOVEDAD EN EL FRENTE


Después del asesinato del Gran Hueso en Sarajevo, las hostilidades se han instalado cómodamente en el País del Gafapasta. ¡Es la guerra!

El tal Gelo es quejica, ñoño y trepa. Es quejica porque cada vez que el Gafapasta le roza, lloriquea, cada vez que le dice que no a un caprichín lloriquea, y cada vez que le pisa la pata lloriquea. El Gafapasta es de por sí patoso, pero la culpa es de Gelo, que no acaba de enterarse de cómo tiene que manejar la correa y se va cruzando para un lado, va cruzando para otro, y un día o me pisa un campo minado o se me hace un nudo con las piernas gafapasteras, se me caen los dos por las escaleras, se me parten la crisma y me hacen rica heredera del imperio de la nada. Qué futurazo, oye. Es ñoño porque mira con ojos enamoradizos y lacrimógenos que me recuerdan un poco a Bustamante, un poco a Roberto Carlos un mucho a Diango. Lo peor de lo peor, a mí que soy makinera y rokanrolera y gitanerorumbera me han metido en casa a un cantante melódico de karaoke. Trepa un rato, porque no quita ojo al jefe y está todo el rato en plan "hola, jefe, ¿ves cómo te sigo y te obedezco y me siento y meto la cabeza para que me acaricies?". Luego las lía,. pero cuando el Gafapasta no está.

Por eso, y porque soy perrina lista y me doy súper cuenta de las cosas y estamos en el insti estudiando la Primera Guerra Mundial, me he dado cuenta de que probablemente sea un espía o un revolucionario infiltrado o algo. Con el Gafapasta no se puede contar porque no se entera de una y además es defensor de los derechos civiles y de las soluciones diplomáticas, así que otra vez he tenido que hacerlo yo todo. He excavado una trinchera en el colchón, donde me he hecho un ovillo con las almohadas, los juguetes, los huesos, las chuches, dos sacos de pienso y una cantimplora, he dejado un poco de sitio para el jefe y he convertido el dormitorio en el frente del Marne. Bien colocadita y camufladísima, espío al maldito cantante melódico este y cuando se acerca le gruño si viene con intención de hueso o le hago mimines si viene a por juguetes, para desconcertarle. Con esta estrategica conseguiré que deje de cantar "El gato que está triste y azul" de una maldita vez y se arranque o con "Lili Marleen" y deje claro que es un esbirro de Bismarck, con "A las barricadas" y evidencie que se trata de un bolchevique inflitrado o con "Los remeros del Volga" y nos descubra que es Rasputín disfrazado de setter. 

Tristes y azules están sí o sí las gatas. Desconcertadas y desarmadas por la presencia de Gelo, han buscado refugios antiaéreos en la cocina la Gata Mala (cerca de los avituallamientos, la muy lista) y bajo una mesa camilla la Gata Tonta (sin comida, agua ni arena en las cercanías, que está meando todos los libros del Gafapasta). Yo aprovecho el desconcierto para vengarme de los arañazos recibidos en diversas escaramuzas del pasado y las tengo a raya y estresadísimas. Cada día son más raras y como es evidente que pertenecen al bando enemigo, he llegado a la conclusión de que son austrohúngaras.

Al final, firmaremos la Paz del Pasillo y me quedaré yo con los territorios ganados a las gatas, las dejaré en el descansillo de la escalera y convertiré la cocina en zona desmilitarizada. A Gelo tendré que camerlarlo para que cambie de bando, porque en el fondo me da pena de lo cursi y despistado que es. Pero como siga cantando "Contigo en la distancia" y "Los mil mejores boleros" lo mato, me cambio de guerra y monto una noche de San Bartolomé. Que me tiene muy harta. 

miércoles, 14 de mayo de 2014

ASESINANDO HUESOS EN SARAJEVO


Que me lo olía yo, que me lo olía, que ya os dije que me la estaban liando y que entre tito Berto y tita Sonia de SOS Setter por un lado y el Gafapasta por otro me la iban a liar y ya está liada: Tenemos chico nuevo en la oficina, que se llama Gelo, es cantante melódico ñoño y un capullo integral y atocinado que no ve el peligro.

Otro día os hablaré con más detenimiento del Gelo ese. Que a ver, no me parece mal que esté en casa porque para capullos capullos los que abandonan perrines y no se hacen cargo de sus responsabilidades y casi peor los gobernantes que lo consienten sin hacer nada. Así que es normal que el Gafapasta diga que si podemos hacer un poco de hueco en el zulo y repartir un poco el saco de pienso, pues que lo hacemos. No se me va a olvidar a mí que fueron los de SOS Setter los que me salvaron a mí y los que rescataron a Tío Harley, que yo no soy de esas.

Pero lo que os digo, que Gelo no ve el peligro. Ayer el Gafapasta se marcha al cine con unos amigos suyos que son también amigos míos y que digo yo que por qué a mí no me llevan a ver comedias tontas y devorar palomitas ricas, y como se fue con mala conciencia nos dijo que para que estuviéramos entretenidos nos iba a dejar un hueso-golosina enooooorme a cada uno. Tampoco era tan enooooooorme no os vayáis a pensar, pero no me quejo, que no me lo pude terminar. Eso sí, cuando el Gafapasta vuelve por la noche y se mete a la cama por algún lugar del colchón andaba la mitad de hueso que no me había comido y va el Gelo, se sube y empieza a acercar el hocicazo a la chuche.

Que no ve el peligro, que os lo digo yo, que este no sabe que soy chunga entre las chungas, poligonera entre las poligoneras y navajera en Albacete. Fue acercar el diente y ponerme yo al lado de mi hueso levantando los belfos, enseñando los colmillos y diciendo grrrrrrrrrrrrrrrrrrrr y grrrrrrrrrrrrrrrrrrrrr y requetegrrrrrrrrrrrr con todo el pelo erizado, que tengo yo un sentido del espectáculo que flipáis. El saca colmillo, levanta belfo, gruñe y se aturulla. Pero no me iba yo a impresionar por tan poca cosa, que para algo son en el instituto la reina macarra del patio, en inglés Chungaqueen of the Yard. Le ladré un par de disparates bien ladrados y luego en cero coma le conté la historia del asesinato del príncipe Francisco Fernando en Sarajevo, y que por tan poca cosa que no era nada en comparación al agravio internacional que suponía que pusiera sus sucios colmillos sobre mi delicioso hueso se había liado la Guerra del 14 que habíamos estudiado por la mañana en clase de historia. 

Creo que le entró el pánico cagón cuando le dije que la guerra no había podido extinguir a los pastores de Brie como Mami Glenda pero yo solita sí podía organizar un Verdún y extinguir a los setters cursis. 

Parte de guerra: El enemigo salió corriendo a refugiarse y a lloriquear. El hueso sigue bajo control y estamos cavando trincheras alrededor. Sin novedad en el frente.

martes, 13 de mayo de 2014

CUANDO UN AMIGO SE VA … RECORDANDO A RAY


Ayer me puse yo toda triste, porque me dijeron que Ray se había marchado al otro lado del arco iris y se había instalado definitivamente en el cielo de los perros. Como Tío Harley y Mami Glenda. Y ya sé yo que no hay que ponerse triste porque los perrines buenos (y todos los perrines son buenos, no como las gatas, que son unas micifuces estropajosas y mucho menos como esos humanos que abandonan perrines y que ojalá vayan a un sitio muy feo y muy malo para toda la eternidad) van todos al cielo de los perros, y el cielo de los perros es un lugar maravilloso lleno de prados y de playas y de comiditas ricas y de golosinas y chuches y en cuanto llegas se te pasan todos los achaques y las tristezas. Así que sé que Ray estará bien, pero me da mucha pena porque lo mal se queda siempre aquí.

A lo mejor no conocíais a Ray. Ray era un labrador precioso, un poco vago y un poco culoncete, de mi edad, que siempre me dejaba a mí los juguetes y la pelota porque el prefería no correr detrás. Vivía con mi amiga Cala, una beagle molona y simpaticorra, con un viejuno alemán, Ronny, y con un viejuno westie, Rufi. También, claro, con su familia humana, que está formada por Luis, por Isabel y sobre todo por Pablo, que es un chico muy divertido y que quería muchísimo a Ray y que seguro que ahora está también triste. Porque igual que hay humanos que se portan muy mal, marítimamente con los animales, hay otros que tienen un corazón enorme y quieren mucho a los perrines y los miman y los cuidan y si se van al cielo de los perros los echan mucho de menos.

Pero hoy estoy un poco menos triste porque anoche cuando dormía se me apareció Mami Glenda en modo fantasma, que lo hace de vez en cuando para asustarme y criticarme y ponerme verde, y ya veréis lo que me dijo:

"A ver, tú, poligonera tontaina, que hoy no tengo ni ganas de asustarte de puro rancia y absurda y malvestida que eres, pero tengo que darte un mensaje importante: que votes a los ecologistas en las elecciones europeas. Bueno, ese no es el importante, el importante es que ha llegado Ray al cielo de los perros sin novedad y en cuanto ha llegado se le ha curado el riñón ese que tenía estropeado (que no sé yo con lo guapísimos que somos por fuera por qué estamos llenos de cosas extrañas que se ponen raras y caducan y se pasan de fecha como Cañete, que a mí se me esforrunció el hígado pero también se me puso estupendo nada más llegar) y como nos pasa a todos se sintió como un cachorrón feliz y empezó a jugar y a saltar, pero se cansó enseguida así que se fue a dormir a un sofá enorme, que como veis es lo más fantástico que Ray se puede encontrar. Que como yo soy muy dispuesta y muy metete ya le dije que no se preocupara, que me ocupaba yo de utilizarte a ti bien utilizada a ver si de una vez sirves para algo y haces de correo del zar y les cuentas a Calita, a Ronnie y a Rufi que estén tranquilos, que después de ir hacia la luz encuentras un sitio descansado y maravilloso, pero que tampoco hace falta que se den prisa. A Isabel le das dos lametones de su parte y unos meneos de rabo. Te echas encima de Luis un montón de tiempo y le achuchas y le das muchos, pero muchos mimos para darle las gracias, porque dice Ray que ha sido un perro muy feliz, muy bien cuidado y muy querido, y que le gustaría haberse quedado más tiempo pero que no ha podido controlar eso de los riñones.

Un mensaje muy especial me ha dado Ray para Pablo. Le puedes repetir lo del perro feliz y cuidado y querido. Pero lo que quiere que le digas, y como te equivoques en una coma te pudro, es, copia, que se te va a olvidar: "Pablo, gracias, muchas gracias por haber sido estos años el mejor amigo que un perro puede desear. No te voy a olvidar nunca, ahora que tengo toda la eternidad para recordarte, para esperarte. Y para soñar contigo todas las noches. Búscame en las estrellas porque desde una de ellas estaré vigilándote. Te quiero muchísimo y fue maravilloso a pesar de estar tan malito haber regresado a casa, para poder despedirme y regalaros mis últimas sonrisas y mis últimas sacudidas de cola".

Os dejo ya, que me estoy poniendo tontona.

jueves, 8 de mayo de 2014

QUE ME LA ESTÁN LIANDO...



Que los lo digo yo, tíos, que me la está liando el Gafapasta. Que yo perrina linda y pizpireta sí, pero también listuca y suspicaz cuando toca. Que ando yo muy tranquila por mi casa, tumbándome a pata suelta por donde me apetece sin más molestia que las gatas absurdas esas que me crecen en las tetas cuando estoy dormida (qué pegajosas son las malditas vampiras calóricas), y ya me la tienen que liar.

A ver, que compartir es bonito, que lo estudié en Educación Para la Ciudadanía. Y que yo quería mucho y mimaba más a Mami Glenda y era estupendo tenerla de compañía. Pero también estaba bien ser la niña mimada del Gafapasta y comerme yo todo y dormirme yo todo y echarle a él de la cama para tener sitio al biés sin competencia. Entonces quedamos un día para pasar y me presentaron a Tío Harley y me contaron que era un pariente motero y porreta que venía de vuelta de todo, y como me cayó bien pues qué le vamos a hacer, a pasar estrecheces. Pobre Harley, un día os contaré el flash que me dio cuando decidió marcharse, que no os lo he contado porque todavía tengo trauma infantil. Pero yo le mimaba mucho y le lamía los hocicos y le cuidaba todo lo que podía. Pero se fue con el Chico Guapo y Mami Glenda a cuidar estrellas y yo volví a estirarme y a tener toda la barraca esta para mí (las gatas no cuentan y el Gafapasta poco) y a comer muchas golosinas y a recibir mimos sin dividir por dos. 

El caso es que como ya os digo que me la están liando el otro día viene muy contento el Gafapasta y me dice ¡halaaaaa, de paseo! Yo yo, qué raro esto, porque estas son horas de modorra mañanera y no de paseo, pero una poligonera de bien nunca dice que no a la calle. Y qué alegrón que estaban Tita Sonia y Tito Berto y para allá que me fui corriendo, que a SOS Setter le tengo yo un cariño verdadero que ni se compra ni se vende, como dice la copla. Ellos están siempre rodeados de setters y perrines lindos y hasta hurones y gatos estropajosos y una cabra. Y me presentaron a un chico muy guapo que se llama Gelo y que es el pavo de la foto. Yo contenta, porque soy perrina linda y sociable, le saludé muy loquirrábica, y él me saludó un poco tímido, que dije yo, jo, qué mono. Y el me dijo "Yo mono no, yo perrín lindo". Que tuve que poner orden y decirle que ojito con los derechos de autor, pero que me parecía bien que me siguiera por el blog. También me presentaron a Lía, que iba de camino a su nuevo hogar. Pero a Lía la gruñí muchísimo y ella me gruñó y nos llamamos zorrupias y perracas en ladrido clásico.

Paseamos un poco y nos fuimos de cañas al Mimosa. Que fue cuando dije yo, Anubis del Amor Hermoso, aquí solo venimos el jefe, los tíos y los perrines cuando toca estrechez. Ya os lo digo yo que me la están liando. El Gafapasta que es un caradura ni me pregunta, ni me pide opinión, ni me informa. Pero como me temo lo que me temo he dormido anoche en todas las camas de la casa, un rato en cada una, para que quede claro quién es la bella durmiente del barracón, he hecho recuento de huesos y los he numerado con boli rojo y pasado lista a las provisiones de pienso, de golosinas y de avellanas. Y al Gelo ese ya le pondré yo en su sitio y le dejaré claras un par de cosas. Porque del problema de la vivienda no me libro, estoy viendo que no me libro. 

Siempre quedará la posibilidad de empaquetar a las gatas y mandarlas de vacaciones a Vanuatu, que es lo más raro que se me ocurre ahora mismo.

domingo, 4 de mayo de 2014

LAS COSAS DE ANA BOTELLA: LECCIONES DE FLORICULTURA


Jo, tíos, el susto que me pegué el otro día en casa. Que llega el Gafapasta y empieza a dar alaridos con el modo berrinche on. Así que me fue a ese espacio maravilloso entre el sofá y el armario contiguo en el que siempre me ve pero yo juego a que no me ve y así me siento muchísimo más segura. No conseguía recordar si había liado alguna parda, porque yo soy muy de liarla parda, pero vamos, que aquella mañana la había tenido yo tirando a modorrera y tranquilita. Pero cuando el Gafapasta suena … 

Pues no, por muy escondida que estuviera yo no iba conmigo la cosa. Que enseguida vi a la gata mala salir despavorida buscando los bajos de algún mueble perseguida por un Gapasta indignado arrojando a la bicho esa restos de una begonia naranja espectacularmente ex-preciosa. 

Os cuento. El Gafapasta ha tenido este año un arranque primaveral pelín mariquituso y enfermizo, y el otro día se presentó en casa con una orquídea larguirucha de tonos crema y fucsia pelín excesiva en la mano izquierda, una gardenia muy mona y muy apestosa (él dice "delicadamente aromática", en fin) en la mano derecha y una begonia llenísima de flores naranjas y enormes colgando de la nariz, supongo, porque manos sólo tiene dos. Y muy organizado él, buscó en medio de su desorganización un lugar a prueba de gatas para la orquídea, otro lugar a prueba de gatas para la gardenia y un tercer lugar a prueba de gatas para la begonia. Porque las gatas odian las flores, bichejos como son, y Ana Botella, la gata mala, las odia más que nadie. Es ver una planta cerca y ya está ese ser estropajoso mordisqueando una hoja por allá, escarbando un poco de tierra por acá, pegando patazos a una flor por acullá, hasta que tiesto y planta acaban estrellados contra el suelo y la tierra se desperdiga por toda la casa. Luego ella y la tonta pisan la tierra y la esparcen por doquier, entra el Gafapasta, le da un parrús compulsivo y ya la tenemos liada.

Así que como os digo, pone una planta, dos plantas, tres plantas en inaccesibles montañas de trastos y se va a cenar. Vuelve de cenar y Ana Botella ha accedido a las cercanías de la begonia inaccesible y ha empezado con la juerga. El Gafapasta agarra a la perversa minina del cogote, la agita, introduce su hociquito chato de rancio mohín en la mata florida y le restriega el careto diciendo "NO, AQUÍ NO, NO, NO" (luego dicen sus amigos que es escritor, que tiene facilidad de palabra y cosas así). Traslada la begonia a una montaña todavía más escarpada y tras enredar por las redes sociales un rato se va a dormir.

Al día siguiente, al regresar el Gafapasta del currele, la begonia, ay mi begonia, inaccesible como era se encontraba tronchada, despachurrada y cruelmente mutilada contra el suelo, vamos, que como muy accedida. Y ese fue el momento del grito berrinche que me quiso recordar a mí a Pepe Pótamo y su mítico Hipogritohuracanado. El momento también de la gata mala corriendo los cien metros lisos en 8'95'' y el de la begonia mamporrera estrellándose por fragmentos en el cogote de Ana Botella. En fin, que visto que no iba conmigo el rollo aproveché para ladrar un rato a la gata mala, otro rato a la gata tonta, y nada de nada al jefe, no fuera que me cayera un capón de rebote. Y me pregunté, toda filósofa yo (perrina linda sí, pero curiosa y espabiladina) algunas grandes y trascendentales cuestiones: ¿Es esa caída de flor contra cabezón de gata lo que se conoce como "el lenguaje de las flores"? ¿Por qué Ana Botella odia a las begonias más que a las gardenias y que a las orquídeas? ¿Le parecerá antinatural y cochino sumar begonias y rododendros?

Y sobre todo, si no había testigos de la masacre vegetal y por el pasillo del crimen pululaban la tonta y la mala … ¿por qué Gafapasta decidió ipso facto que la autoría era indubitada felonía de Ana Botella, también conocida en el mundo del hampa floral como Miércoles?

Preguntas de difícil respuesta, sin duda. Pero prometo meditar cuando se  me pase la locura de chirimiri de media tarde.

NOTA: En la semana posterior al incidente base, la begonia ha vuelto a ser derribada otras tres veces. En este momento la planta no tiene flor, las hojas no tienen forma, las ramas tienen una depresión profunda, las raíces han salido huyendo y hay tierra por toda la casa menos, claro está, en la maceta. Efecto secundario curioso es que tampoco quedan trankimazines y el Gafapasta anda medio dopado por la casa con una flor de begonia en la solapa. La primavera se presenta divertida.