miércoles, 5 de agosto de 2015

MI TESOORRROOOOOOOOO

El Gafapasta tiene entre un sinfín de taras mentales un singular padecimiento, la ciclotimia chucheril. Lo mismo te tiene las golochuches en cartilla de racionamiento que viene cargado de las más exquisitas como si hubiera amanecido en Navidad de repente. 

El verano le ha dado con el modo gologeneroso on, así que ha estado repartiendo codillos de cochino marrano para Gelo y para mí, que son como muy ricos y muy entretenidos, hasta que solo quedó un pedazo con poca carne, poco tocino, bastante hueso y un pellejo de cerdo duro e imposible de morder, o sea, súper divertido para estar royendo horas y horas, que yo por un final de codillo MA - TO.

Mato literalmente, porque no sé si sabéis que soy perrinalinda pero poligonera, jenny y macarra como la que más. Un poco la Esteban en Setter y con cerebro. Y con mucha iniciativa, por ejemplo, va el Gafapasta y le da el final del codillo al de en medio de Los Pecos, el Setter Moñas. 

- Ayayayayayayayayay golochuche, golochuche ayayayayayayayay.

-Francamente, Gelo, me encanta tu nivel de conversación, tronco.

- Ayayayayayayayay que se me cae la baba y se me cae el codillo ayayayayayayayay.

Es fácil poner a Gelomoñas en estado de nerviosismo histérico. En cuanto se le cae el codillo, pego un ágil-grácil brinco, me apropio del codillo, salgo por patas a toda velocidad y organizo como de costumbre fortaleza en mi cama. Vale, el Gafapasta dice que es la suya, pero vosotros y yo sabemos la cruda realidad. Se acerca la gata mala para sestear al sol, le tiro un viaje de colmillo a la punta del bigote mientras digo muuuuuuy gruñona y enfadada "Desaparece, minina petarda, mi codillo, mi tesoro, mi regalo de cumpleaños, gollum gollum". La minina, que es mala pero parcialmente sensata dice miaaaaaaauuuuuuuu y desaparece. No tarda en aparecer el moñas que dice

- Ayayayayayayay mi golo ayayayayayayay

- Grrrrrrrrrrrrrrrrrr essssssssss míoooooooo gollum gollum

Le muerdo la oreja, el hocico y el alma. Lloriquea pero se marcha a un rincón, desolado. Regresa cada diez minutos a por su golo, el muy sinvergüenza, negándose a reconocer que es mi tesorooooo, gollum gollum, mientras los colmillos se me afilan, la pelambre se me convierte en escamas verdosas y llevo de acá para allá y de allá para acá el codillo, buscando un escondite seguro. Pero como no hay manera de esconder nada en condiciones en esta casa de tócame Roque decido montar guardia junto a la golo durante horas, días y a día de hoy semana y media. Se me están atrofiando las patas pero qué voy a hacer, si en cuanto parpadeo aparece Gelo por si cuela y tengo que pegarle otro ñisco.

Al menos, el Gafapasta no come huesos de codillo y la gata tonta solo mira, porque es el único ser en la tribu que entre un plato de pienso y un filete de solomillo elige el pienso, ella, tan especial, la pobre.