jueves, 6 de junio de 2013

LA DURA LUCHA POR EL ESPACIO



No voy a ser yo la que diga que el Gafapasta no es majo, con la debilidad que le tengo, pero a veces me raya y me subleva y me toca el chirimiri.

Como cuando iba a instalarse en casa Tío Harley, que viene el pavo y nos dice a las gatunas absurdas y a mí "A ver, chicas, no me alteréis al viejo. Y dejadle que escoja un sitio tranquilín y que le guste para que se encuentre protegido y cómodo mientras se adapta". El Gafapasta, ya os imagináis, vive en una mansión campestres de 879 habitaciones y seis patios, así que no poblem sir, a dejar espacios para el viejuno en este cuchitril donde nos hacinamos, con mucho cariño, eso sí. El Harley llega, observa, y se aposenta en mi refugio favorito, entre el sofá y el armario de ikea de la salita, que es donde me camuflo yo con un abrigo del Gafapasta que okupé hace tiempo los días que el jefe viene chungo y me mira fatal y empieza una frase con cosas del tipo "¿QUÉ HAS HECHOOOOOO?" así como muy gritadas y desagradables. Pues nada, que no hay que molestar al viejo, que a ver dónde me escondo yo a esperar a que amaine el temporal. Pero luego el Tío motero decide que también le gusta ponerse debajo de la mesa de trabajo del Gafapasta, y más tarde le priva la habitación de los trastos, esa llena de cajas en las que el tonto de él se mete y luego no sabe salir. Y ya para redondear, decide que le gusta TAMBIÉN la colchoneta que le ha puesto el jefe en el dormitorio, al lado de MI cama.

Y no se anda con tonterías el Harley eh, que decido yo que necesito espacio vital y me tumbo en la colchoneta y se viene el en cero coma desde cualquiera de sus sitios, porque mira que le ha tomado gusto al espacio el chaval, y se gira y me da culazos en el morrito de perrina linda hasta que me gasta el pintalabios de Mercadona y me harta y me satura. Y me voy, claro.

Las gatas, que además de absurdas son pizcas, se meten en cualquier sitio. Pero a mí no me queda otro remedio que hacer equilbrios inestables en el sofá, que el Harley no llega. O acomodarme en MI cama, que como el viejuno es vago por no saltar ni lo intenta. Lo de la cama está bien, mola el edredón de pato birmano, la almohada cervical y el colchón súper duro para estirar el lomito bien a gusto. Pero llega la noche y viene el Gafapasta y se mete en MI cama, se apropia de MI edredón, invade la MI almohada y se expande por MI colchón. Pues no tengo yo que hacer equilibrios ni nada para encontrar postura cómoda y dormir a pata suelta hasta que a las cuatro de la mañana llegue el maldito camión panzer de la basura ese que el Alcalde Pavisoso envía cada madrugada para atacarme de los nervios.

La única ventaja, que como el Gafapasta es más bien mullidito, uso su barrigota de almohada y le molesto y le fastidio cantidad. También me pongo cariñosona y en cuanto se duerme le dejo la cara, el pelo (ejem) y la almohada empapaditos de baba poligonera hasta que se tiene que despertar para salvarse nadando y me mira fatal y me gruñe.

Pobre de mí, perrina linda y agotada, inmersa en una dura vida de constante lucha por el espacio vital (la petarda de Mami Glenda diría lebensraum , que es más técnico y sobre todo más alemán). Esto más que un sinvivir es un documental de la dos. Con banda sonora, que puse el otro día a Dallas Dalletas, mi noviete, a hacerse unas rumbas con la guitarra y yo a cantar toda perrina linda pero a la vez creativa y encantadora lo que sigue:

Mi camaaaaaa me la ocuparonnnnnn
anocheeeee mientras dormíaaaaaaa.
Entraronnnn un Gafapastaaaaaaa
dos gaaatasss y seis polillaaaaas.

Si me querei , largarsennn,
irsen de la mi camaaaa.
Si me querei, largarsenn,
irsen de la mi camaaa.

¡Que te quites  de ahíiiiiiiiiii,
que esa es mi almohadaaaa!
¡Trae pacá mi edredónnnnnn,
que estoy heladaaaaaaa!

Qué grandes que semos el Manolo Escobar y yo, tíos, qué grandes.

#Cosasquemolan : Manolo Escobar y los edredones de plumas y mi cama mi cama.
#Cosasquenomolan: Que el gordo del Gafapasta se dé la vuelta y me aplaste.

1 comentario: