miércoles, 20 de febrero de 2013

APRENDIENDO IDIOMAS

O


Como dice el Gafapasta que aquí no hay futuro, he decidido aprender idiomas para poderme manejar en todos los polígonos y macrodiscos del planeta y así poder realizar mi sueño de participar en un reality a lo Candina Shore y triunfar como gogó en los mejores afters. No, imbéciles, no quería decir ni Gandía Shore ni nada de eso. Candina es un sitio estupendo de Santander, un polígono industrial megamolón que me encanta. Que es que como también me leéis de fuera pues hay que explicarlo todo.

Los perros hablamos todos igual. Los humanos nos llaman cosas raras, que si perro, que si Hund, que si chien, y escriben nuestros melodiosos sonidos de formas curiosas. Pero hablamos todos igual, así que lo mismo puedo tomarme unas birras con un Akita-Inu que una doble burger con un Lebrel de Azawak o unos calimochos con un chihuahua. Aunque mejor me voy de botellón a Sarón y quedo allí con mi churri Dallas y me tomo con él las birras, la hamburguesa y los calimochos y nos echamos unos bailables.

Los humanos en general hablan raro. A algunos, como a un tal Rajoy, no se les entiende nada porque parece que farfullan y comen a la vez y claro, yo me hago un lío. Pero como me parece un chungo pues paso cantidad de lo que diga. El Gafapasta es más complejo y habla en verso, pero es que es muy raro el tío. Y los demás tienen un repertorio limitado: o ponen cara de miedo y dicen ay ay un perro, como si les fuera a devorar una anaconda espacial, o ponen cara de idiotas y dicen ohh, qué perrín, qué mono. Y babean un poco y te toquetean mientras yo intento explicarles que ni soy mona ni perrín, que soy perrina, que ya no sé como leches explicarlo y voy a acabar sacando mi punto Jennymacarra. Pero vamos, que en general se les pilla rápido así que no merece la pena estudiar su lenguaje raruno.

Así que le dije a la Anabotella que me diera clases particulares de gatés. Porque los marramiaus esos sí que son complicados. El ronroneo me sale fatal, y cuando intento concentrarme, me duermo y ronco. Pero no es lo mismo. Y el otro día el monguer del Gafapasta se rió de mí porque intentaba practicar con Tiberio. A ver, que la Tiberio me miraba con cara de absurda, que es la que tiene, y hacía miauuuñññrrrrmiauuu y yo intentaba imitarla y decía cosas que no eran ladridos lindos sino una especia de aauuññiiijjjjffffuuuuuoooaaa . Y al Gafapasta pues que como que le daba la risa y decía que ya había yo conseguido parecer una gatina hablando. Qué pedagógico el tío, él animando.

Pero sí, hago esos ruidos que a él le hacen tanta gracia porque ya hablo en gatés. Con acento raro, pero en gatés. Y ya me puedo comunicar con Anabotella, la gata mala, y con Tiberio, la gata tonta. Lo malo es que la Anabotella es una intensa y no habla nada y sólo te mira con cara de vaca enfadada y la Tiberio en vez de hablar tiene cháchara hueca y no tiene sentido nada de lo que dice. Vamos, que cuando no la entendía me parecía tonta y ahora que la entiendo sé que lo es. Pero muy tonta. No sé si en otros sitios habrá gatines que digan cosas interesantes, pero con las panolis de casa, me parece que ha sido una pérdida de tiempo de lo más chungo, tíos.

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